viernes, 15 de octubre de 2010

MANIFIESTO FUNDACIONAL DE LOS ESTADOS GENERALES DEL CORAZÓN



En el Año Universal de los Afectos establecido por acuerdos provinientes de los siglos y más siglos en que nos veníamos encontrando reencarnando moleculares sin saber que estando tan cerca habíamos estado perdiendo todo el tiempo de estar vivos viviendo separados, los que apenas un poco más abajo suscribamos, tendremos la extendida circunstancia de saber que un nuevo estado ha sido imaginado en el sistema estelar de nuestra galaxia.
El Tal Estado ha sido creado unilateralmente por voluntad y elección de personas soberanas descubriendo que en lo profundo de su cuerpo inmaterial habitaban un corazón y que es el corazón el que los hacía vivibles y esperables, motivo por el cual, todos los más abjo y un poquitido hacia el costado y sobre los bordes y orden u desordenados,, pero ternurientamente palpitantes, hacen este manifiesto en manifestación que se hará tanto más grande cuanto más grande sea el corazón que a cada uno lo sostenga.

Les pido a ustedes disculpas, he olvidado presentarme. Soy Osvaldo Vicente Tramontina, nacido un cinco de enero de un mil novecientos cincuenta y uno sobre el planeta tierra. En los dominios del sol, su estrella más cercana me declaro perteneciente a su cuidado. Es mi invento, por hoy me lo creo hasta yo mismo, por lo cual también les digo que pertenezco desde siempre a Los Estados Generales del Corazón.

Es preciso precisar sin ser más certero que lo que esta grandemente pequeña ocasión amerita, que unas dos veces nací dentro de aquél y ciertamente dos veces estuve muerto bien morido creyendo que con ellos en realidad había nacido cada vez.
Hoy he creído en el corazón de una mujer que me ha hecho renacer, sin que ella se lo propusiera, por tercera, definitiva y última vez. Ruego a ustedes dispensarles de su nombre, salvo comentarles que el dicienueve de diciembre de dos mil tres, me dijo expresamente que me había extrañado apenas un poquito, ( ella siempre habla en chiquitito porque este año mi amor eterno reencarnó siendo maestra jardinera).
Agregó también que me quiere tanto que duda las razones de la sinrazón que tiene un corazón cuando está amando, y se cruzaron de destino nuestros ojos, nuestras manos. Juro que eso fue todo lo que pasó, más,para mí como fue público y notorio, resultó más que suficiente.
De inmediato le hice de mi puño y letra manifiestos ( y en soporte de papel que no por arcaico resultó menos valedero), escribiéndole ciao Principessa dell'occhi verde como los verdes del valle de mi patria chica de alamedas frescas, de mirada larga, de nostalgias suaves. Te escribo sin urgencias porque en las cercanías de este breve viaje compartido en que cruzamos las miradas y apenas un breve entrelazar de manos surgieron estas simples cosas de mirarnos. Por ello es que deseo manifestarle a la ternura de tus dedos largos que extrañan primaveras como yo longitudes de cinturas tiernas y, etc, etc, es decir  otras muchas más cosas en tres hojas llenas de tonteras y alguno que otro párrafo del amor más amarero, engordado por las faltas de ortografía y una caligrafía que mamma mía...
Está bien os lo suplico, no me apuréis más con la brevedad, que vosotros ya lo sabeís a la hora de escribir soy más bien larguero, dejemos ya de hablar de mí y publiquemos y difundamos y que vayan por el aire los aéreos mensajes de todos los asociados hasta hoy llegados con ayuda de este medio universal de la universalidad que desde este momento ha recomenzado para juntarnos, por fin, un poco más, y en prueba de la unidad que desde hoy nos acontece, descorchemos esas botella del Mejor Vino Rojo de Perdriel, y cada quien con su cada cual, comencemos a beber la primera fundación de Los Estado Generales del Corazón.
Dado en el patio de mi casa de rojo mosaico envejecido y con los Jazmines del País en parra y florecidos, a la hora veintidós de un cinco de enero del año dos mil tres
CONSTITÚYASE

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